La Crastan Café le ha confiado a Walter Tacchini la tarea, ardua y estimulante, de inventar objetos de uso común, con un fin no sólo estético, sino con el de una operación cultural que tradujese en imágenes la identidad de nuestra tierra.
La síntesis ideal entre arte y trabajo; el redescubrimiento de los sentidos y de los gestos del antiguo "faber", producen como en este caso, obras en grado de testimoniar nuestro tiempo: exclusivas justo por comunes.